
OPTIMISMO ¿BORRADO DEL DICCIONARIO VENEZOLANO?
“Optimismo” es una hermosa y poderosa palabra. A mí me gusta mucho. Me fascina eso del “vaso medio lleno” en lugar del “vaso medio vacío”. No hace mucho una persona MUY optimista me dijo: “¡El vaso está completamente lleno: la mitad con agua y la otra mitad con aire! ¡Gloria a Dios por el optimismo! La Real Academia Española lo define como: “Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable“. Y es que es imposible vivir a plenitud si no somos optimistas. ¿Cómo soñar? ¿Cómo reir? ¿Cómo proyectarnos en bendición hacia el futuro si no somos optimistas? ¡No se puede! ¡Bueno, al menos eso es lo que yo pienso! Porque el optimismo es como un gran motor que hay dentro de nosotros con la suficiente fuerza como para hacernos despegar cada día para remontar las alturas en pro de nuestras metas. Nos lleva a cosechar triunfos, victorias. Es esa fuerza que nos levanta del fracaso y del error con suficiente ánimo para volverlo a intentar. El optimismo nos hace mirar frente a frente nuestro futuro y encararlo diciéndole: ¡Te tengo en mis manos! ¡Ya te he conquistado!
Pero, ¿será que aparte de la crisis económica, política, social y espiritual que embarga a nuestra nación actualmente, también los venezolanos estamos enfrentando una crisis del optimismo? Yo creo que sí. Por eso me animé a escribir en esta oportunidad sobre el tema, y mientras lo hago me percato de lo optimista que soy al creer (¡de verdad lo creo!) que estas humildes líneas puedan hacer la diferencia en la vida de quien las está leyendo ahora mismo.
Lo primero que tenemos que preguntarnos es si a Dios le agrada que seamos optimistas. La Biblia nos enseña que Dios espera de nosotros siempre una actitud positiva sin importar lo que pase a nuestro alrededor, porque Él sabe que nada es afuera si no ha sido primero dentro. Toda conducta que exteriorizamos se ha gestado primero en nuestro ser interior. Si exteriorizamos conductas pesimistas, somos pesimistas. Si exteriorizamos conductas optimistas, somos optimistas. También Dios quiere que interioricemos una gran verdad: Nada sucede bajo el sol si Él no lo hace o lo permite. Quiere que confiemos en Su Perfecta Voluntad. Una rápida ojeada al Antiguo Testamento nos enseñará inmediatamente cuánto optimismo esperaba Dios de Abraham, Elías, Daniel, la nación de Israel en los momentos difíciles que atravesaron, sólo por nombrar algunos ejemplos. Es más, ¡Dios mismo es optimista! ¿Lo dudas? Pues, no dudes. Tú mismo eres ejemplo del optimismo con el que Dios te mira. Sólo tienes que pensar que aún respiras, aún vives. Él te ha dado cada día el aliento de vida, porque Él cree y espera de ti lo mejor. ¿Siempre se lo has dado? Bueno, estoy segura de que no, pero no te apures, porque yo tampoco lo he hecho. Sin embargo, aquí estamos los dos, gozándonos con lo que Dios cada día nos regala.
Medito y pienso en todos los procesos por los que El Todopoderoso hizo atravesar a Israel en la antigüedad, procesos duros y dolorosos, pero en todos ellos, fuesen pruebas o juicios divinos, Dios dejaba ver Su lado misericordioso a través de una Palabra optimista: “Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará” (Isaías 35: 3-4).
De manera especial, recuerdo a Mardoqueo enfrentar el inminente exterminio de su nación judía diciéndole a la Reina Ester: “…respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos…” (Ester 4:14) Y su optimismo dio fruto: Dios los liberó de la muerte de una manera asombrosa.
Jesucristo también fue un hombre optimista. Siempre me gusta recordar Su hermosa promesa: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 13:33) Tuvo fuerzas aún para orar por los que lo crucificaron, mientras moría en la cruz.
En estos tiempos trato de hacer mías las palabras de Mardoqueo, y hablo a mi país en mi corazón diciéndole: ¡Tranquila Venezuela, que respiro y liberación de ha de venir de cualquier lugar! ¡Dios te tiene en Sus manos! Trato de descansar en la promesa de Cristo: ¡Venezuela, aunque estés afligida, confía porque Jesucristo ha vencido al mundo! Venezuela está atravesando un momento difícil, pero Dios está con ella. Tú amigo lector, puedes estar atravesando un momento difícil, pero Dios está contigo. Esta es la buena noticia. Dios atraviesa con nosotros los valles, las dificultades, las malas noticias. Si has borrado de tu diccionario la palabra “Optimismo” te invito que le reescribas y la practiques todos los días.
Un aporte de la ESCUELA MISIONERA (NUCLEO PUNTA DE PIEDRA - MIRANDA / EDO ZULIA )... Para Orquídea Team!!!!
